Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio Alimentario
Las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA) constituyen un reto global a la hora de garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de la población mundial en el presente y futuro. El 29 de septiembre de 2020 se celebró por primera vez el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio Alimentario, tras la aprobación por la Organización Mundial de las Naciones Unidas de esa fecha como jornada de reflexión mundial sobre este problema y las importantes consecuencias que genera desestabilizando el medioambiente y el equilibrio socioeconómico. Sobre la mesa del Parlamento Europeo, se estudia la propuesta de declarar el próximo 2023 como «Año Europeo contra el Desperdicio de Alimentos». Reducir a la mitad las cifras de las pérdidas y de los desperdicios de alimentos a lo largo de la cadena alimentaria en los próximos siete años es hoy la meta común para la ONU, la Unión Europea y los Estados Miembros que la integran.
La Agenda 2030 y Objetivos de Desarrollo Sostenible
Según la FAO, un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden o desperdician. Con esas pérdidas, afirma este organismo, podría resolverse en buena medida el problema de acceso a la alimentación que afecta a los grupos de población y regiones más vulnerables. Evitar las pérdidas tendría también una importante repercusión favorable en términos de sostenibilidad para los sistemas alimentarios. Ambas cuestiones se contienen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un conjunto de metas entrelazadas para erradicar la pobreza en el mundo, mejorar la sostenibilidad de los sistemas de producción alimentaria, trabajar activamente para contener la degradación medioambiental, reducir las desigualdades sociales removiendo los obstáculos que impiden alcanzar la igualdad efectiva y la paz social.
La implementación de estos objetivos permite a los agentes de la cadena alimentaria desarrollar modelos de negocio más sostenibles, crear nuevas oportunidades y reducir las pérdidas de alimentos. En nuestro país, cooperativas y sociedades agrarias ya trabajan activamente para implantar los ODS en su sector y cumplir con el compromiso de la Agenda 2030 para reducir a la mitad las pérdidas de alimentos.
La Unión Europea contra las pérdidas y el desperdicio alimentario
En la UE, cada año se pierden o desperdician unos 87,6 millones de toneladas de alimentos. El marco supranacional europeo ha hecho suyos los Objetivos de Desarrollo Sostenible plasmando su compromiso en estrategias y medidas específicas tendentes a prevenir y reducir el desperdicio de alimentos, entre las que destacan el Pacto Verde para Europa y la iniciativa de eficiencia de los recursos.
El Pacto Verde para Europa
La lucha contra las pérdidas y el desperdicio recibió un fuerte respaldo en las estrategias presentadas entre 2019 y 2020 por la Comisión Europea dentro del Pacto Verde, entre ellas, el Plan de Acción para la Economía Circular que recoge el proceso de transición que la UE quiere emprender para abandonar la economía lineal a favor de un nuevo modelo en el que los recursos sean utilizados con eficiencia retornando al circuito.
Las acciones del Pacto Verde para reducir las PDA están previstas en torno a cuatro prioridades:
- Prevenir: Con el objeto de reducir la pérdida de alimentos desde el origen y a lo largo de las fases de la cadena. En este sentido, se pretende mejorar la cuantificación y gestión de residuos alimentarios involucrando a todos los Estados Miembros de la Unión Europea mediante la obligación de informar anualmente a la Comisión de sus cifras.
- Reutilizar: Conforme a un orden de jerarquización que prioriza siempre el consumo humano mediante la donación y redistribución de alimentos a través de organizaciones con fines sociales.
- Reciclar: Cuando las pérdidas de alimentos no puedan ser ya destinadas a consumo, el objetivo será su transformación en subproductos, elaborar piensos de consumo animal y nutrientes para el suelo.
- Revalorizar: Por último, la valorización energética de los residuos alimentarios para producir, por ejemplo, biogás.
La Ley de Prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, recientemente aprobada en España, recoge pormenorizadamente esas prioridades y, por vez primera, penaliza determinadas conductas en materia de pérdidas y desperdicio alimentario con sanciones que oscilan desde el apercibimiento verbal o multa de hasta 2.000 € en las infracciones leves, a multas que pueden alcanzar los 500.000 € en los casos más graves.
La iniciativa europea de eficiencia de los recursos
Esta iniciativa, que forma parte de la Estrategia Europa 2020, aboga por un cambio de paradigma en el desarrollo sostenible a través de un uso más eficiente de recursos y de rebajar las emisiones de carbono a la atmósfera.
Uno de sus principales pilares es la Hoja de Ruta hacia una Europa eficiente en el uso de recursos que delimita el futuro marco de actuaciones y el desarrollo tecnológico que será necesario para conseguir sus objetivos con vistas al año 2050.
Las soluciones de Remolonas para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario
Frenar las pérdidas de alimentos desde el origen es un paso imprescindible para lograr la sostenibilidad del sistema alimentario mundial y mejorar la viabilidad de los productores, transformadores, fabricantes y mayoristas del sector. Para alcanzar esta meta, hemos diseñado una batería de soluciones eficaces que integran la revalorización de excedentes alimentarios, el asesoramiento legal en materia de pérdidas y desperdicio, soluciones de trazabilidad y digitalización, gestión de donaciones de alimentos y optimización de la gestión de residuos alimentarios.
Sin embargo, para lograr la reducción del desperdicio alimentario es preciso también trabajar al lado del consumidor, ya que en economías desarrolladas como la nuestra, es en la fase final de consumo dónde se concentra una parte importante del problema que se podría corregir poniendo en práctica algunas medidas tan sencillas como estas:
- Planificar el menú semanal antes de ir a la compra.
- Comprar sólo lo que es realmente necesario.
- Almacenar correctamente los alimentos en el frigorífico y despensa.
- Leer el etiquetado y comprender correctamente las fechas de consumo, ya que mientras que la fecha de caducidad sí es imperativa y consumir un alimento caducado implica un riesgo para la salud, con la fecha de consumo preferente no sucede lo mismo y los alimentos se pueden consumir sin riesgo siempre que hayan sido conservados en las condiciones adecuadas.
- Cocinar la cantidad justa y apropiada que se vaya a ingerir.
- Practicar recetas de aprovechamiento.
- Contribuir a la donación de alimentos a través de ONG´s dedicadas a su distribución.
Cada persona y sus gestos diarios son esenciales para reducir el desperdicio de alimentos, y hoy es el día perfecto para proponérselo.